Nuestros héroes continúan su camino para alcanzar las respuestas, cuando un rayo de energía se acerca a ellos. Una joven elfa con una túnica se para frente a ellos y los protege de aquel rayo:
- Nicolás… No esta vez. Déjalos… - Dice la bella mujer al horizonte.
- Suponía que eras tú Ana… Ahora quítate de mi camino…- Respondió Nicolás…
A la distancia, se acerca un hombre bajo de estatura que responde al nombre de Nicolás, con un cuerpo grueso y fornido, una camisa de cuero encima de ropas más desgastadas por debajo, un pantalón grueso, una espada que doblaba el tamaño del hombre, una mirada penetrante de ojos azul profundo, piel blanca, una barba medio marcada, y una sonrisa malévola en su rostro…
Después de esas palabras, salió corriendo a una velocidad sorprendente para su tamaño, logra pasar a Ana ignorándola por completo, se acerca a donde estaba Felipe en posición de defensa y rompe con su espada el escudo, Sebastián se lanza contra él y en un movimiento de la mano de Nicolás lo desaparece en una bola de energía. Luego, sin darle tiempo a los demás para reaccionar lanza otra bola de energía igual a la anterior y los desaparece a todos…
- Ahora, vamos por ellos… – Dice Felipe al guardabosque.
- Humano… ¿Qué pasó? – Pregunta desconcertado Pablo.
- No lo sé Pablo… Algo ocurrió con esa ráfaga de luz.
- ¿Y los demás?
-
No tengo idea, solo se ve oscuridad…
-
Ahora… ¿Quién eres tú? – Sebastián se dirige con sus palabras a la bella mujer que había aparecido con él en la oscuridad. Era una elfa de piel canela, con una especie de pantalón de seda, una camisa terminada en “v” que casaba con su pantalón, ajustado perfectamente a la figura de la mujer y una capucha que en el momento ella no usaba en su cabeza y un cinturón ancho con un material similar al de su vestido que se veía bastante ligero. En sus muñecas usaba unas manillas que parecían de plata, bastante sencillas pero que lucían muy bien en ella.
- Soy Ana… y los he observado desde hace algún tiempo ya… – Dice la bella mujer dirigiéndose a Sebastián. Luego continúa:
- Pero este enemigo es Nicolás y su técnica es enviar a otra dimensión y acabar por tandas a sus enemigos, separa y triunfarás dice él…
-
“Bueno, la situación se pondrá fea…” – Contesta Sebastián.
- Qué cuadro tan hermoso… - Dice Nicolás mientras se aproxima desde la profunda oscuridad
- Ahora Ana… Acabaré contigo y tu nuevo amigo – Se escucha como Nicolás dice esto a los dos jóvenes mientras se acerca desde algún lado de la oscuridad.
- ¡No la toques! – Grita Sebastián mientras intenta interponerse a Nicolás.
Cuando logra divisar su silueta, Sebastián se lanza sobre él con su daga para ser lanzado a la distancia con un golpe de Nicolás…
- ¡Déjalo! – Le grita Ana a Nicolás.
- No te preocupes… Morirás más adelante, por ahora atormentaré a los demás… disfruta tu vida… Mientras puedas… – Diciendo esto, se observa como Nicolás se retira y se pierde en la oscuridad de nuevo…
(En otro lugar…)
- ¿Mmmm que sucede? – Pregunta Adam al escuchar los gritos a la distancia…
- No sé… Solo se siente una presencia algo fuerte… Proviene de este tipo Nicolás… Está cerca… Por cierto, ¿cómo es que estas vivo? – Pregunta Diana.
- Pablo… él me salvó de la caída…
- Que bueno… Ahora llegué en mal momento – Dice Nicolás desde las sombras
- Por cierto, es cierto que Ana te curo Adam… esa curación es permanente después de 24 horas y como no ha pasado tanto tiempo, ¡puedo revivir tus heridas! – Dice Nicolás con voz psicodélica a Adam.
Luego, Nicolás usa una energía… Es una bola negra que se dirige hacia Adam… Diana se interpone pero la bola traspasa su cuerpo y llega hasta Adam derribandolo…
- ¡Ja! No pasó nada… creo que soy más fuerte de lo que creías… – Dice Adam a Nicolás con tono burlón.
- No es posible… – Dice Nicolás, pero se nota un tono sarcástico en su voz.
Adam se pone de pie y empuña su espada… La desenfunda y… Cae al suelo.
- Iluso… Creías que podías resistir el dolor… Es imposible. Estabas muy mal cuando te curó… Bueno, tus intenciones eran buenas al proteger a la elfa… Te concederé que viva, por ahora… Volveré luego de acabar con esos dos… – dice este poderoso enemigo a Adam, condenándolo a morir.
Nicolás se esfuma y Adam se encuentra en el piso… Débil y malherido…
(En otro lugar…)
- Mmmm si agito mi espada rápido podré romper la oscuridad… – Dice Felipe al guardabosque.
- No seas tonto humano, es imposible… Solo derrotando al causante podremos salir. – Dice Pablo en un tono seco y frío, muy seguro de lo que estaba diciendo.
- Bueno, tienes tu oportunidad… ¡Aprovéchala! Aquí estoy – Dice Nicolás con tono retador para el gran guardabosque.
Pablo sin decir nada más, se lanza con su hacha a atacar al enemigo, este poseía una espada roja encorvada con la cual detiene su ataque sin ningún problema…
- ¿¡Cómo!? – Exclama Pablo sorprendido.
- Eres débil… Y te crees superior Pablo… Me das lástima… – Dice Nicolás con un tono burlón.
Lanza a Pablo a la distancia y antes de que caiga con un rayo atraviesa su cuerpo…
- Muy bien… El tiempo matara a este… Ahora tu fanfarrón… – Dice Nicolás dirigiéndose al caballero, pero no logra verlo en ningún lado.
Felipe, mientras Nicolás se distraía con Pablo, atacó por sorpresa y clavó su espada en el abdomen del enemigo…
- ¡Aggh! – Grita Nicolás de dolor.
Nicolás saca con su mano la espada y clava la suya en Felipe… Traspasa su armadura con tal facilidad como si fuera de papel…
- Dime que se siente… El poder de esta espada te consumirá desde adentro… – Dice Nicolás mientras se deleita con la sangre del caballero.
Pablo… Malherido e inconsciente… Felipe… Ahora estaba envenenado… Solo el poder de un clérigo podría curarlo…
- ¿Y qué eres tú? – Pregunta el Paladín a la chica.
- Soy un clérigo… Manejo magia blanca. He perseguido a Nicolás por su poder oscuro para acabar con él. Mató a mi familia y quiero venganza. – Contesta Ana.
- Eso no es digno de un clérigo.
- Pero si lo es la protección. Nicolás hace mucho daño al mundo y una vez lo haga desaparecer, podré proteger al mundo de su maldad.
- Bueno… Déjame Ayudarte. – Dice Sebastián.
- Está bien… ¿Eres un Paladín no? – Contesta Ana
- Así es, el mejor…
- Bueno, aún no puedes dominar tus artes… Pero toma esto…
Ana tomó las manos de Sebastián… este siente algo cálido dentro de sí y como su poder aumentaba…
- ¿Qué es esto? ¿Qué estás haciendo? – Pregunta Sebastián un poco asustado.
- Para que un Paladín aumente su poder, necesita un tutor… Tu capacidad en la magia blanca es poca… Pero con esto aumentará. Las técnicas de batalla las aprendemos observando y con la práctica… – Dice Ana con una voz experimentada de alguien que ha vivido muchas cosas y mucho tiempo…
“Cuál es la edad de esta chica…” - Se pregunta Sebastián.
- Gracias… – Le dice Sebastián honrado con el interés de la Joven.
- Hermoso… Ahora el Paladín es más fuerte… ¿Por qué no lo pruebas? – Dice Nicolás a Sebastián para provocarlo.
- Tu pelea es conmigo… déjalo a él Nicolás – Responde Ana.
- Yo peleo con quien quiera pelear… – contestó Sebastián ya molesto por los comentarios del enemigo.
Nicolás comienza a mover su mano formando círculos, y con esto genera una cárcel de energía para Ana…
-
Ahora no te metas… Como decía, ven Sebastián, acabaré contigo…
- Dónde… ¿Dónde está? – Pregunta Adam mientras busca con sus ojos al enemigo.
- Se fue… – Contesta Diana.
- Pero… agh… yo acabaré con él…
- ¿No crees que ya has hecho demasiado? Antes me salvaste de ese dragón…
- Mmmm es lo menos que pude hacer - Contesta Adam
- ¿? – Diana estaba desconcertada.
- Tú… Te metiste en mi batalla… Me ayudaste, no me conocías… ¿Por qué? No lo sé… No quiero saberlo… Pero sin importar poner tu vida en riesgo, tú me salvaste primero. Dar mi vida por tan noble persona no es problema para alguien como yo, después de todo… Mis intenciones son corruptas al final… Agh…
- Descansa… Por favor, lo necesitas…
Diana cierra sus ojos y se concentra… Por primera vez no en atacar… Sino en usar su propia energía para dormir a Adam
- Pero… ¿Si viene Nicolás? – Pregunta Adam.
- No te preocupes, tengo que pagarte el favor… – Dice Diana a Adam.
- N-o p-u-e-d-o d-e-j-a-r-t-e s-o-l-a…
Adam queda en un profundo sueño… Pero sus heridas eran graves. Su espada… enfundada, por primera vez irradiaba una energía extraña… Por primera vez, no sentía Adam la necesidad de venganza, solo quería proteger…
Sebastián atacaba constantemente a su enemigo… Nicolás simplemente lo alejaba con ondas de energía… estaba jugando con él…
- Eres débil… Demasiado débil… ¡Toma esto! – Dice Nicolás a Sebastián en medio de la batalla. Con un rayo de energía atraviesa el hombro del Paladín…
La herida hace que Sebastián se mueva más lento. La herida era bastante grave…
- Agh… duele… – Sebastián se queja de dolor.
- “Cúrate… tienes la forma de hacerlo…” – Le dice Nicolás en tono burlón.
Sebastián se concentra… No enfoca sus manos en la herida… No puede, pero de algún modo esta empieza a brillar y su herida lentamente se cierra…
- Pero sí yo antes no….. – Tartamudea Sebastián sorprendido.
- Te lo dije… aprendes con facilidad y te di parte de mi poder… – Dice Ana desde su cárcel de energía.
- Ahora las cosas cambian Nicolás… ahora te enfrentas a un verdadero Paladín… – Dice Sebastián de nuevo con confianza. La pelea apenas comienza…