La batalla era bastante dura. Sebastián ahora tenía mayor agilidad, sus movimientos eran lo suficientemente rápidos para evadir los de Nicolás. A pesar de los golpes, Sebastián se curaba y continuaba luchando con más fuerza cada vez. En un momento dado, Nicolás manda un golpe a la cara de Sebastián; evadiéndola, envía su daga al cuello de Nicolás… Falla. En esas, el escudo que encerraba a Ana, se debilita, haciendo para ella posible invocar. De este modo Ana realiza un hechizo que detiene a Nicolás. Justo ahí aprovecha Sebastián e intenta de nuevo. Sebastián logra herir el brazo de Nicolás. El enemigo rompe el hechizo y se aleja rápidamente:
- ¡AGH!, Demonios… Eres la segunda persona que me hiere… Y todo por culpa de este maldito clérigo… Me encargaré de ustedes luego… Al menos mataré a uno de ustedes… – Dice Nicolás indignado.
La dimensión paralela se debilita… Inclusive Felipe y Pablo caen de nuevo en el bosque de roca… al igual que Ana y Sebastián. Todo parece terminar pero… ¿Dónde están Diana y Adam?
Ahora era el momento indicado, Diana estaba con Adam, el cual dormía, sus heridas eran graves… estaba sola, cuando llega Nicolás…
- A pesar de mi sangrado al menos te mataré. Tu estas sola, y mantenerlos alejados de los demás evita que salieran de la dimensión. ¡Ahora morirás! – Dice Nicolás a Diana con una mirada amenazante.
Diana simplemente se puso de pie y se concentró en usar su poder contra Nicolás… No sucedía nada… Era lógico… No había naturaleza. Era imposible invocar con el nivel de energía natural del lugar, donde tendría que crear sus propias fuentes.
Diana era una maga que usaba su fuerza de la naturaleza. Los árboles, los animales, la tierra, todo esto era su fuente de energía y en esta dimensión no había nada de eso para poder crear hechizos.
Diana se Abalanza contra Nicolás con su báculo, intentó golpearle, pero Nicolás lo evadió, desenfundó su espada e hirió a Diana en su abdomen. Ella cayó al piso… aguantaba su dolor y miraba fijamente a su atacante:
- Sabes qué actúas mal. No estás contento con lo que haces… Entonces, ¿por qué? – Pregunta Diana a Nicolás tratando de persuadirlo.
- El mundo me ha traicionado, merece morir. Y si nadie lo acaba, lo haré yo con mis propias manos… – Contesta Nicolás con su voz llena de odio.
Diana sintió el poder de la espada… Estaba acabada… Nicolás apunta con su mano al cuello de Diana y se preparó para lanzar su ataque cuando se ve una fuerte luz que inunda el lugar… una espada corta la espada de Nicolás:
- Tu… estabas casi muerto… – Dice Nicolás con su voz desvaneciéndose.
- B-u-e-n-o… No lo suficiente… – Dice Adam tras lanzar el golpe con su espada.
Alejando estaba de pie… imponente frente a Nicolás…
- No te atrevas… – Dice Adam con voz firme.
- Sí no… ¿Qué? – Contesta Nicolás retando al herido ninja.
Nicolás manda su espada contra Adam. Este con una fuerza increíble, a pesar de su estado, cruzó fuerzas con la espada de Nicolás. Se produjo una fuerte onda de energía al chocar las dos armas y la espada de Nicolás colapsó…
- Pero… ¿¡Cómo!? – Dice Nicolás sorprendido.
Si, ahora la espada de Nicolás no sirve…
- Mmmm nos volveremos a ver… – Dice Nicolás mientras escapa en la densa oscuridad.
Ya, el enemigo sin estar en una posición de lucha igual… se retira… y vuelven a la realidad…
- O no… – Exclama Adam a ver el cuerpo de la elfa.
Diana… estaba en el piso… inconsciente. Ahora…
- ¿Por qué? Porque no me dejaste… Era justo… – Exclama Adam al cuerpo en el suelo.
En medio de su desesperación, Adam clavo su espada en el piso. Quería que despertara… Quería que reaccionara. Lo protegió… ¿Por qué? Eso no lo hace nadie… No debería hacerlo nadie. Él solo quería venganza… Solo quería… ¿Qué quería en realidad? Proteger… ¿Quería proteger? Si… Era eso, por eso se sentía así…
- No, no, no dejaré que mueras… No tú, no hoy… Sucedió una vez… No de nuevo… ¡no! – Exclama Adam como si tuviera la seguridad de que iba a salvarse.
Dicho esto, la espada de Adam brilló con mayor intensidad que la anterior vez… Ahora… la herida de Diana estaba curada… Ella simplemente dormía plácidamente…
El pedazo roto de espada se había concentrado en una roca… Plateada… ¿Qué sería esto?
Al otro día, los demás se despertaron y estaban solo los cuatro. Decidieron avanzar para encontrar a los demás. A poca distancia encontraron a la elfa y al ninja. Vieron a Diana que estaba con Adam el cual estaba en muy mal estado, cada vez peor. La perla plateada estaba ahora en manos de Diana…
Ana preguntó qué pasó a Diana. Al escuchar lo sucedido Curó de nuevo a Adam.
- Eres un joven valeroso… – Dice Ana con una voz dulce al ninja.
Adam sin decir nada más se puso de pie y siguió su camino delante de los demás… Diana se acerca a él:
- Esto te pertenece- Decía mientras le entregaba la perla plateada…
- ¿? – Adam estaba confundido.
- Si… tú destruiste la espada de Nicolás y esto salió de ella. Quédatela…
Adam la recibió:
- Ahora vuelve con los otros, seguiré adelante… – Contesta Adam.
- No intentaras marcharte, ¿o sí? – Pregunta Diana con voz retadora.
- Te puse en peligro… Sí, pero si no estoy podría causar más daño del que he causado ahora. Es mejor permanecer con ustedes. Solo… quiero protegerlos…
Diana sonrió… y volvió con los demás…
Adam pensaba:
“¿Por qué?… ¿Por qué esto? Yo quería un viaje solo, ahora no puedo tenerlo. Ellos están involucrados. Las cosas se complicaron un poco más, pero al menos intentaré protegerlos… Es lo único que me resta por hacer… Mi venganza puede esperar, no sé si algún día se cumpla…”
(En algún lugar…)
- Rayos… Sus heridas fueron buenas… Inclusive, este Adam es un gran rival, pero yo me encargaré del paladín, fue un problema grave… – Decía Nicolás a sí mismo mientras aplicaba vendajes a sus heridas.
Mientras tanto:
- Tobías… ¿Tienes todo listo? – Dice la voz del nigromante Diego.
- Si. Mañana iré con ellos… – Contesta el monje corrupto.
- ¿Tienes a la chica?
- Claro Diego. Es el arma para evitar que Adam haga algo…
- Bueno… Está en tus manos entonces…
- No te preocupes… Pronto morirán…