Era una mañana tranquila en Ciudad Central, los habitantes del pueblo recorrían las calles y las personas realizaban compras. Se respiraba un aire tranquilo y pacífico. Era una ciudad común, una ciudad como las demás. En el centro, cerca de la fuente, se pregonaba una historia, era contada cada viernes, por un hombre, de barba descuidada, ropa harapienta y mal olor. Sin embargo, a pesar de las apariencias, un día, un niño se acercó cuando el hombre se disponía a contar su historia una mañana de viernes:

  • ¡Este mundo está en camino a la destrucción! – Siempre encabezaba su historia con esta peculiar frase, razón por la cual muchos simplemente preferían ignorarlo…

  • Pero no entréis en pánico, cuando este mundo pierde el balance, y las fuerzas del mal nacen para destruirlo es cuando se hace verdad la leyenda… Esa leyenda donde el equilibrio siempre debe ser buscado, donde la naturaleza busca acomodarse, y donde comienza la batalla… Junto con el mal, aparecerán héroes, si, personas con capacidades extraordinarias, portadores de leyendas, miembros de diferentes familias y escritores de una nueva historia, donde los seres humanos y las criaturas que creíamos mitológicas formarán un nuevo capítulo. Y si todo sale bien, este mundo se salvará.

No quedando más remedio, esperemos que estos nobles hombres, sigan ahí, vivos en alguna parte, y los veamos volver victoriosos a tocar de nuevo estas tierras, porque si no es así, tal vez llegue el día en que no podamos ver un mañana…”

El hombre, maloliente y con la voz algo ronca, se disponía a marcharse de la plaza de la ciudad, cuando el niño, que a la distancia había estado escuchando, se acerca y pregunta con una mirada curiosa y una voz tímida:

  • Señor… Dice usted que los héroes volverán a tocar estas tierras… Ellos… De verdad, ¿han estado aquí? – Pregunta el chico.

  • ¡Muchacho! Tiempo no has perdido, ¿eh? Y la historia completa has oído. Pues que tus hechos no sean en vano he aquí la parte que los jóvenes de corazón deben saber. A los dragones ellos han matado y esta ciudad han salvado…

De un zarpazo, una mujer, toma al niño en brazos y se aleja rápidamente del hombre maloliente mientras dice:

  • Amor, aléjate de este farsante, hasta malas intenciones tendrá contigo. – Dice la madre mientras camina
  • No lo olvides muchacho, eso fue hace ya un año, y no ha habido más historias de ellos, recemos por que en algún lugar están vivos, porque si no es así, definitivamente estamos perdidos… – Gritó el hombre al muchacho mientras se aleja con su madre…

(Mientras tanto… en un lugar oscuro y recóndito del mundo)

  • Con que ya ha pasado un año… Dime, ¿por qué los quieres vivos? ¿Por qué no los matas de una vez? - Dice una voz ronca y profunda en la oscuridad dirigiéndose a otra silueta que lo acompaña.
  • “Es divertido verlos sufrir lentamente… Además, estoy seguro de que saben algo, no podrán resistir para siempre, tarde o temprano hablarán…” – Contesta la silueta.