- ¿Dónde demonios estoy? Debería estar muerto, ¿no?
- ¡Bienvenido viajero! Tú debes ser Adam… Es mejor que te vayas acostumbrando a este lugar… Estarás por bastante tiempo… – Dice una silueta que no se puede distinguir por lo oscuro del lugar.
Mis ojos ardían, mi cuerpo se sentía como si no fuera mío. El lugar era sombrío y apenas se distinguía una silueta de donde se origina la voz. Estaba sumiso en la completa oscuridad. Me incorporé poco a poco mientras las fuerzas volvían a mi cuerpo.
“Siento… Siento mi piel, siento dolor… ¿Qué es esto? Seguro que no estoy muerto…” - Pensé.
- No he visto el primero que logre salir de aquí – Decía la voz de la sombra.
- ¿Dónde estoy?
- Ni aquí, ni allá. Este es un lugar creado por magia. Eso que sientes no es tu cuerpo, es la percepción de tu cuerpo. Te ves cómo te quieras ver. Tu mente domina, así que, hazte bonito. La oscuridad no desaparecerá, muy probablemente la oscuridad haga que tu desaparezcas.
- Momento, tu…. Cosa… Debe haber una forma de salir de aquí
- ¿De verdad lo crees?- Contesta la sombra en tono burlón
Me di cuenta que hablarle a esa cosa era perder el tiempo, entonces decidí comenzar a caminar.
- ¿A dónde vas? – Preguntó la sombra mientras me seguía el paso a la distancia.
- A donde me lleve el sendero. – Contesté.
Mientras caminaba por el sendero, una luz tenue se hacía a mis pies a medida que yo avanzaba.
- No, no puede ser… ¿Qué es eso a tus pies?
- Me dijiste que usara mi mente, ¿no? Bueno, yo creo que hay un camino que me sacará de aquí y allá voy.
No sé cuánto tiempo pasó, pero la oscuridad comenzó a disiparse… Ante mí, apareció un sombrío lugar, era una especie de montaña, paredes rocosas, montaña de piedra, como una cueva sin techo por la oscuridad. El hombre que me seguía con su mirada ahora podía distinguirse mejor: Tenía una capucha que lo cubría de pies a cabeza, no sé cómo me seguía tan fácilmente con eso encima, su estructura no se podía diferenciar bien pero su altura era muy parecida a la mía.
No le presté mucha atención y continué, mientras el hombre me seguía a cada paso.
Mis habilidades de ninja no habían sido cuestionadas tanto en mi vida: Riscos, rascacielos, saltos entre piedras, ¿otras montañas flotantes? Este lugar era de locos, pero yo tenía que salir de aquí. Tengo una misión por cumplir, y no voy a permitir que nada ni nadie me detenga.
Comencé a notar que hace un buen rato no dejaba de subir, era una montaña interminable, pero comencé a divisar una suave luz en la cima, una luz tenue similar a la que se había formado a mis pies en el sendero, era una salida…
Al final, terminé de escalar la montaña, una luz brillante pero tenue se divisaba bajo una puerta, ubicada entre rocas, en la cima de la montaña. Cuando decidí acercarme a la puerta, ese hombre de las sombras que se había limitado solo a seguirme se interpuso entre mi mano y la puerta.
A una distancia de solo unos centímetros, el hombre dirigió su palabra hacia mí:
- No vas a salir de aquí.
- Ah, así que finalmente logré encontrar la salida. – Contesté en tono burlón.
- Creo que te he subestimado, así que tendré que detenerte por la fuerza.
Diciendo esto, el hombre se abalanzó sobre mí. Logré detener sus puños con mis manos. Lanzó una patada rastrera, deslizando su pierna derecha sobre el suelo haciendo un giro de 180º, salté y cuando me encontraba en el aire, lanzó un gancho izquierdo que conectó con mi rostro y logró derribarme al suelo.
Logré incorporarme para ver cómo su mano intentaba agarrar mi rostro para lanzarlo contra el suelo, esquivé el agarre y lancé un gancho derecho que dio en su estómago. El hombre mientras estaba encorvado de dolor, se aprovecha de mi exceso de confianza tras el golpe dado y toma mi cabeza con su brazo y me golpea con la rodilla.
Perdí el equilibrio y me agarré de la capucha del hombre para no caerme, pero terminé en el suelo, solo que la capucha había descubierto su rostro y mi sorpresa al ver su rostro me dejó paralizado.
Aprovechando mi estado, el hombre carga sobre mí y me lanza al borde de un risco de la montaña. Reaccioné en el aire y logré tomarme con mi mano izquierda del risco, quedando colgante, observando mi rostro en el cuerpo de ese hombre.
- Eres… ¿yo? – Pregunté atónito.
- Tú y mejorado. No tengo esos sentimientos estúpidos como la compasión y el amor por tus amigos. Voy a salir de aquí ahora que me mostraste la salida, y voy a acabar lentamente uno por uno con ellos.
- Pero, ¿cómo? ¿Por qué estás aquí?
- Siempre he existido, en tu corazón, en tu interior. La magia que creó este lugar me separó de ti. Me has capturado, sepultado en tu alma. Soy el demonio de tu interior. Soy el resentimiento, el rencor, el odio que sientes por todos aquellos que te han causado dolor, por esas personas que han matado a los que quieres, por eso, soy más fuerte tú, eres débil, por eso no permitiré que te vayas, vas a permanecer aquí, ahora y siempre.
No podía creer sus palabras. Tanto tiempo, tanto odio, tantas cosas he ocultado de mí y se ha creado este… ¿Este monstruo?
La oscuridad y la decepción inundaron mi corazón. Lo mejor es que yo no salga de aquí, pero ¡él tampoco debe escapar!
Lancé rápidamente mi mano derecha a su pierna, y tiré con todas mis fuerzas. Ambos comenzamos a caer por el precipicio.
- ¡No permitiré que hagas daño a mis amigos!
- ¿Aún ahora sigues siendo tan idiota? ¿Pensando en ellos a pesar de que te dejaron morir?
- Yo lo hice por ellos, yo estoy aquí porque creí en ellos y pueden lograrlo, incluso sin mí.
- No eres más que un estorbo.
- Tal vez, pero no permitiré que tú impides que logren su misión y mucho menos que acabes con sus valiosas vidas.
Sentía la caída libre mientras sostenía fuertemente a ese demonio creado por mi corazón, había llegado mi fin…
Unas voces inundaron mi mente:
- ¡No te des por vencido!
- ¿En serio crees que es el fin? Eres patético
- Todos sufrimos y aun así llegamos juntos hasta aquí.
- ¿En serio crees que todos esos sentimientos que tienes te hacen demonio? Nosotros te conocimos así y te aceptamos, es hora de que tú también te aceptes.
Las voces de todos mis compañeros sonaron en mi cabeza, mis amigos… Ellos creen en mí. Tienen razón, es hora de que yo también crea en mí, es hora de aceptarme.
Mire fijamente a los ojos de ese demonio creado por mi corazón
- Si queremos salir de esta, tenemos que trabajar juntos
- ¿Yo trabajando contigo? Estás loco, eres muy débil.
- Te equivocas, eso es lo que me hace fuerte, y a ti te hace fuerte esos sentimientos que tienes, tu rabia, tu odio, debemos saber usarlos y convertirlos en algo que nos sirva a los dos.
- ¿Y qué gano yo? Preguntó con voz inquieta.
- Tu libertad.
Después de un silencio, que para mí fueron días, asintió con la cabeza, y su cuerpo se convirtió en una niebla de color oscuro, muy espesa, que cubrió por completo mi cuerpo.
-
Ahora, estamos completos. – Dijo mi voz sincronizada con la de aquel ser.
-
Está bien, si este lugar funciona con mi mente, entonces la puerta debe estar, ¡al final de este acantilado!
La tierra se abrió mostrando un fuerte haz de luz, el cual atravesé con mi cuerpo rodeado por la niebla negra que ahora me cubría.
Con un fuerte dolor de cabeza, sentí como recuperaba la conciencia. En mi mano yacía la piedra color amarillo mostaza hecha pedazos. Me incorporé lentamente y traté de ubicarme. Estaba en el mismo bosque donde me dio aquel rayo que me hizo desaparecer.
- Es hora de continuar con mi viaje y alcanzar a mis amigos.
Mi cuerpo se rodeó de una energía negra, era el poder que recibí por aceptar todos los sentimientos que estaban enterrados en mi corazón. Ahora, eran parte de una fuerza que usaría a mi favor. Entonces, comencé a correr, tan rápido como un felino, y las hojas que pisaba se quemaban con mis pasos.
- Esta vez, estoy listo para ustedes, y no podrán detenerme.