Diana y los demás se habían acercado demasiado a su destino, demasiado para sus perseguidores, era hora de detener su avance ya que sabían cómo entrar. Dos sombras adicionales aparecen tras Diego y Nicolás, eran Andrea y Tobías, los dos hechiceros que seguían a la captura de nuestros héroes.

  • ¿Parece que todo se resume en este momento no? – Dice Felipe mientras sacaba su espada y se preparaba para el enfrentamiento.
  • Debemos repartirnos. – Dice Pablo – Yo me encargo de Diego, tu, Ana, ¿crees que puedes encargarte de Nicolás?
  • Sí, tenemos cuentas pendientes después de todo – Contesta Ana con seguridad en su voz mientras centra su mirada en su rival.
  • Felipe, necesito que te hagas cargo de Andrea. – Continúa Pablo
  • Nunca he sido bueno golpeando chicas…
  • No te preocupes, yo me haré cargo de ella – Interrumpe Diana
  • Ok, eso solo nos deja a Tobías…
  • Ese si será un placer – Dice Felipe
  • Eso nos deja a Sebastián libre… - Dice Pablo antes de ser interrumpido por Tobías
  • No te preocupes guardabosques, yo me haré cargo de tus dos amigos al mismo tiempo. – Dice Tobías

Una vez establecidas las posiciones, Comienza la batalla entre nuestros héroes y los enemigos que se anteponen a su destino…


La ira inundaba los ojos de Adam… Sin pensar mucho, se abalanzó sobre su enemigo, aquel hombre que había destruido su aldea, sus amigos. Adam lanza una barredora con su pierna derecha, que es saltada por el caballero negro, una vez Adam lo tiene en el aire, empuña su espada y lanza un corte al aire rozando un pecho de armadura negra del enemigo. Adam nota que se encuentra en desventaja y retrocede de un salto.

  • Que paso con las energías que tenías joven ninja, ¿no pensabas que vendría desprotegido a acabar contigo o sí? – Reta con sus palabras el caballero negro a Adam
  • ¿¡Por qué!? ¡Dime por qué lo hiciste!
  • ¿Te refieres a tu aldea? Es simple, necesitaba la piedra que estaba en ella.
  • Piedra… - Adam recuerda un hermoso rubí que tenía su amiga de la infancia, siempre lo cargaba – ¿La mataste por eso? ¡Y que tiene que ver esta estúpida piedra en todo esto!
  • Adam… eres joven e ignorante. Ustedes están en algo que es más grande que todos nosotros juntos. No tiene sentido que te lo diga ahora, igual vas a morir en este lugar.

Sin usar arma alguna, el caballero se abalanza contra Adam con toda su furia. Sus golpes con las manos cubiertas por empuñaduras metálicas rápidamente hacen sangrar al ninja, un golpe en la cara seguido de varios en el estómago. Adam con su agilidad intenta esquivarlos pero sus movimientos son inútiles, la mayoría de los golpes conectan en su cuerpo.

Pasan varias docenas de golpes. Finalmente el caballero toma del cuello del traje a Adam:

  • Ok, este sería el fin. ¿Quieres decir algo antes de terminar esto? – Dice el caballero a Adam
  • Si… Te Tengo…

Diciendo esto, Adam clava una estrella ninja que tenía en su mano en el cuello del caballero.

  • ¡Agh! Maldito… como pudiste…
  • Necesitaba que bajaras la guardia, tenías una defensa impenetrable, una vez creíste que todo había terminado, bajaste la guardia y justo ahí tuve mi oportunidad…
  • ¡Ja ja ja ja ja! Tal vez no he logrado detenerte, pero he despertado esa oscuridad en ti… Sabes… eres como yo. Me casaste, me encontraste, y no descansaste hasta acabar conmigo. Te consume tu sed de venganza… Eres como yo…

El caballero suelta a Adam y lentamente los ojos del caballero se apagaron mientras su gran cuerpo caía al suelo. Adam simplemente lo observó en silencio.

  • Tal vez me haya convertido en alguien como tú, pero vale la pena si necesito hacerlo para ayudar a mis amigos. No puedo recuperar a los que he perdido, pero si puedo evitar que dañes a otros como lo hiciste conmigo.

Adam lentamente recuperó su compostura y continuó su camino al monte de Mithril.

Al llegar, no podía creer lo que estaba viendo: Todos sus amigos estaban tirados en el suelo.

  • No puede ser… llegué demasiado tarde…

Se acercó a Sebastián:

  • Vamos, por favor, respóndeme, Sebastián, ¿estás bien?

Sebastián lentamente abrió los ojos.

  • ¿Adam? Como puede ser…
  • Es una historia un poco larga. ¿Qué pasó aquí?
  • Diana… Ha entrado a la cueva del monte sin nosotros… ella nos traicionó…
  • No puede ser…

Adam observó la entrada al monte de Mithril. Estaba sellada, con tres piedras insertadas en el panel de la izquierda: una esmeralda, un rubí, una roca plateada y una perla negra.

  • Supongo que el panel abría la puerta. ¿Cómo lo hizo si falta una piedra?
  • Usó su magia – contestó Sebastián.
  • Rayos… ¿Pero qué pasó?