“No puedo creerlo…” Pensaba Adam tras escuchar la historia de Sebastián.
- Descansa, es hora de que yo me haga cargo de esto. – Dice Adam a Sebastián.
Tras escuchar esto, Sebastián cierra los ojos y pierde el conocimiento.
“Ha sido una batalla muy larga, pero es hora de terminarla” Pensaba Adam.
Sin decir nada más, Adam descarga la cabeza de Sebastián en el suelo suavemente. Se incorpora y se dirige a la cueva con el panel en el lado izquierdo. La puerta se encontraba cerrada, el primer reto era encontrar una forma de acceder a ella.
Adam vuelve a observar el panel. Cuatro piedras se encuentran en él: Un rubí, una esmeralda, una piedra plateada y una perla negra. Una hendidura permanece vacía. Adam recuerda poseer una roca color mostaza, más bien una esfera de ámbar. Adam introdujo su mano en su bolsillo y tomó la piedra… O bueno, eso creía… Adam saca unos fragmentos que parecían de la piedra.
- ¡Demonios! Lo había olvidado… esta piedra se destruyó cuando regresé de aquel lugar, y para colmo de males falta otra piedra…
De pronto, una idea viene a la cabeza de Adam. El caballero, debía tener una piedra. Adam corre a la zona donde fue la batalla…
Al llegar al lugar, encuentra una armadura vacía, el cuerpo del caballero oscuro había desaparecido, pero en su lugar estaba una piedra plateada: Un diamante. Adam toma el diamante y regresa a la puerta de la cueva e inserta el Diamante. Eso solo deja una piedra faltante…
- ¿¡He llegado tan lejos y no podré pasar de aquí!? ¡¡¡Maldición!!!!
Adam lanza un grito desesperado al cielo, cae de rodillas y baja su cabeza, la esperanza se había perdido.
“Recuerda, la piedra ya no está entre nosotros, pero su poder está contigo…”
Una voz retumbó en la cabeza de Adam. En ese momento, el ninja comenzó a enfriar su cabeza y pensar con calma…
“Si el poder de la piedra me trajo de vuelta… Tal vez…”
Adam coloca su mano sobre la hendidura vacía del panel…
Su cuerpo comienza a brillar desde su mano hasta rodear tanto el panel como todo su cuerpo. La puerta de la cueva comienza a reaccionar y lentamente se abre.
- La piedra soy yo… - Dice Adam asombrado.
Cada piedra representaba una energía fuerte del mundo, naturaleza, fuerza, sabiduría, resistencia, concentración y resurrección.
Cada una de estas virtudes concentradas en la piedra, daba poderes relacionados a su portador. La piedra mostaza, era la piedra de la resurrección.
Sin tiempo que perder, el ninja entra de un brinco a través de la puerta y esta se cierra tras él.
La oscuridad absoluta cubre su cuerpo. Adam comienza a caminar sin poder ver a dónde se dirige. Tras un tiempo sin encontrar nada, al final del camino logra ver una luz.
Adam camina hacia la luz, y se encuentra unos ojos color escarlata que lo observaban…
- Claro, sabía que esto no podría ser tan sencillo… ¿Buenas?
Los ojos se acercaron lentamente y en la luz se logró divisar una figura bastante aterradora: Un dragón de más de 10 metros de largo se encontraba ante Adam…
- ¿Cómo demonios hizo este para abrir la puerta?
El dragón lanzó un rugido imponente, aterrorizante. Adam sentía cómo le temblaban las piernas.
- He llegado muy lejos para encontrarte dragón, si mi misión es esta, ¡hoy será tu fin!
Adam empuñó su espada y se abalanzó contra el temible dragón.
La bestia era demasiado poderosa: Una vez el ninja corre hacia ella, esta lanza una ráfaga de fuego de su boca, Adam apenas tiene tiempo de esquivar, y trata de acercarse de nuevo a la bestia. Ella agita sus alas y lanza una fuerte ráfaga de viento que lanza a Adam en la distancia. Tras caer, el ninja intenta incorporarse, pero al levantar la vista observa cómo rápidamente el dragón se abalanza sobre él…
- ¿¡Cómo puede moverse algo tan grande de una forma tan veloz!?
El dragón levanta con su nariz al ninja y una vez lo tiene en el aire, con su cola lo golpea y lo lanza contra una pared de roca de la cueva.
Adam siente como algunas de sus costillas se habían roto con el impacto.
-
Demonios… Este monstruo es demasiado fuerte, no podré acabar con él… ¿será este el fin?
-
“¡No te rindas!”
-
“¿Regresas y piensas darte por vencido?”
-
“Vamos, sé que eres un idiota, pero eres ese idiota con el que contamos para terminar esto”
-
“Creemos en ti”
Las voces de todos retumbaron en mi cabeza… Eran ellos: Pablo, Ana, Sebastián, Felipe… Yo no estaba sólo, ellos estaban conmigo. Lentamente me reincorporé y sentí como una fuerte energía cargaba mi espada y mi cuerpo.
De pronto, luces de varios colores me rodearon: Amarillo, rojo, blanco, negro, plata y verde.
- ¿Las piedras? No… Es algo más… Es la energía de mis amigos… En realidad nunca fueron las piedras, éramos todos los que podríamos entrar aquí. Por eso Diana pudo hacerlo…
Adam comenzó a brillar con una fuerza que iluminaba toda la cueva.
- Muy bien bestia, ¡vamos por el segundo round!
El ninja salió corriendo de nuevo contra el dragón, este repitió su ataque previo, lanzando una ráfaga de fuego.
- ¿En serio crees que la misma técnica funcionará dos veces?
Adam la esquivó con una velocidad supersónica, y continuó corriendo, para lograr cortar todo el costado del dragón.
Este lanzó un grito que hizo estremecer la cueva completa.
- ¿Ya no eres tan fuerte no?
El dragón salió entonces de nuevo como lo hizo la primera vez a gran velocidad.
- ¡Te dije que no funcionaría!
Adam colocó su espada en modo de defensa y logró recibir toda la fuerza de la embestida del dragón, levantando una ráfaga de viento tras él. Cargando toda su fuerza, Adam agitó la espada y logró levantar al dragón por los aires y lanzarlo contra la pared de la cueva.
- Es hora de acabar contigo.
Adam cargó su brillante espada y se acercó al dragón, pero las cosas cambiaron de forma inesperada…
El dragón lanzó una ráfaga de fuego sobre Adam, el cual se encontraba confiado en que eso no pasaría y recibió un ataque directo. Una vez despejado el polvo levantado por el ataque, Adam sangrando, con la espada en modo de defensa, pero en muy mal estado.
- Este poder es increíble, pero no puedo recibir otro ataque de estos, mi cuerpo no lo resistiría… Demonios… Además, ya no tengo fuerzas para correr más… ¿Aun así no es suficiente?
El dragón lanzó un fuerte alarido estremeciendo de nuevo la cueva y se disponía a acabar con Adam… El ninja a su vez se preparaba para el último encuentro, era todo o nada…
Cuando Adam se lanza sobre el dragón logró divisar en el pecho de este un rostro familiar… ¡Era Diana! ¡Ella se había fusionado con el dragón! Adam perdió el equilibrio y quedó en desventaja frente al dragón que se lanzaba sobre él.
- ¡Rayos!
Adam agitó su espada abriendo una grieta en el suelo, logrando desviar al dragón y haciéndolo retirar de su ataque para tomar una posición defensiva…
- ¿Por qué lo hiciste Diana, era este tu destino?
La confusión inunda el corazón de Adam, en ese momento el dragón clavó la mirada sobre Adam y este sobre él. El ninja pudo ver a través de sus ojos…
- Ahora lo entiendo.
La inseguridad se había disipado, y Adam tenía solo una misión más por hacer.
Adam tomó la espada y separó sus manos como si estuviera dividiéndola, y en su mano izquierda quedó una ráfaga de luz, reflejo de la espada real que se encontraba en su mano derecha, una proyección de poder.
- ¡Es el fin!
Adam se lanzó contra el dragón, y saltó con ambas espadas, lanzó un corte en ‘X’ que atravesó a la bestia.
Pablo y los demás recuperaron la conciencia, para ver como la montaña de Mithril se desmoronaba ante sus ojos…
- ¿Todo terminó, cierto? – Dice Sebastián mientras se dirigía a Pablo
- Sí, todo ha terminado. – Contesta Pablo a Sebastián.
- ¿Y Adam? Estoy seguro que lo vi… - Dice Sebastián
- Yo también lo sentí Sebastián, es posible que él se haya sacrificado para terminar con todo esto. Al final, lo hicimos todos juntos.
- Pero los héroes deberían vivir para contarlo – Dice Ana con lágrimas en los ojos.
- Sabía que era un idiota – Dice Felipe indignado – Pero ese idiota era nuestro amigo…