Han pasado algunos meses desde que el dragón fue eliminado.

Pablo regresó al bosque, y hoy en día se dedica a ser un gran guardabosque, enseña a los niños a cuidar el ambiente y los animales, y les cuenta las leyendas de una especie que antes convive con la naturaleza, una especie que nos dejó grandes legados, que los humanos podemos ayudar a difundir con nuestros actos y nuestra voz: Somos parte del mundo y éste es parte de nosotros, si lo cuidamos él nos cuidará.

Ana, por su parte, trabaja en una aldea pequeña, se convirtió en maestra de historia, y de vez en cuando mete un poco de sus aventuras en ella, pero claro, los niños creen que es pura fantasía, después de todo, la magia no es algo muy común en estos días.

Sebastián, bueno… Él se convirtió en un caballero… si, vive con Felipe en su castillo. Un día decidieron ir al reino y la gente los recibió como héroes. Felipe fue coronado Rey y nombró a Sebastián su caballero de guardia. La pérdida de memoria de su pueblo se disipó y el rey ya no lo reconocía por su traición sino por su heroísmo, todo era parte del efecto de los tipos que los habían cazado por tanto tiempo.

Sebastián es capitán ahora de la guardia real y Felipe por su parte cuenta con él cuando se cansa de llenar documentos y decide escapar a alguna aventura en el pueblo.

Eso serían todos…

  • ¿Y qué pasa contigo? ¿Por qué no tienes una vida pacífica como ellos?
  • No, creo que mi destino no es ese. – Contesta el hombre que narraba la historia.
  • ¿Entonces por qué no los buscas y les dices la verdad?
  • No me parece justo, ellos han pasado ya por muchas cosas, merecen un resto de vida feliz, yo, en cambio sé la verdad, debo cargar con ese peso…
  • Bueno, si quieres encontrar a la madre del dragón, tienes un arduo camino por recorrer, y no eres lo suficientemente fuerte…
  • Lo sé, fue bastante sorprendente cuando supe que esa criatura que enfrenté era sólo la cría.
  • Ja ja ja, eres bastante particular, ¿sabes? Por eso decidí entrenarte
  • Vámonos, tenemos un largo camino por recorrer

El guerrero, con una espada en su mano, una bufanda en su cuello, y un cinturón de estrellas ninja se alejó del pico de la montaña donde se encontraban mirando al horizonte con un hombre viejo de baja estatura que lo acompañaba, su nuevo maestro….